jueves, 3 de diciembre de 2009

Remember - me.

Hey there, do you want to be here, with me?
Hey there, do you want to cross the bridge? do you want to come to the other side?
Hey there, do you want to see my face, just in front of you, just a little bit close, just to know that I am real?
Hey there, do you want, do you wish, do you are?

"There"
there is no more sense.
"Here"
I have already gone.

jueves, 20 de agosto de 2009

Cuando los pies se encuentran...




Nos se necesita mucho para entrecruzar dos caminos...
Los pies y la arena...
los colores y el mar....
La vida es una hermosa luz blanca prologándose sobre el infinito.

viernes, 22 de mayo de 2009

Navegando en Barquitos de Papel

Quiero hacer un barquito de papel púrpura para navegar en el infinito. 
Eso sí, tiene que ser impermeable. 
                      

domingo, 12 de abril de 2009

A propósito de mi

Foto de Mikka Kauppinen. 

{Chocolate caliente con queso. 
No tengo ganas de frambuesas}.

Me levanté temprano, con hambre, con ganas de caminar, de tomarme algo caliente, de sentarme durante horas a leer y a pensar.

{Quisiera ir donde el eucalipto y el jazmín. 
Me apetece oler la tierra mojada, escuchar al colibrí.}

Pensar. 
Se pierde el pensar. Se pierde en la marcha, en los tragos, en la melancolía, en el movimiento.
Se esfuma. 
Se desdibuja con la brusquedad con la que agarro aveces la vida. 
Pero ahí está. 
Vuelve.
Ahora pienso. 

{Siento un ligero sabor a vainilla y a canela en mi lengua. 
Tengo ganas de bañarme con agua fría}

Cuando pinto Mándalas, siento la presencia absoluta, el ahí de mi existencia. 
Sólo somos el trazo y yo. 
Si. 
El trazo y yo en armonía con la inhalación y la exhalación. 
Somos trazo, corazón, mente, inhalación, exhalación y color.
Hay un impulso cromático. 
Una pulsión figurativa.
Una necesidad vital. 

{Recuerdo la textura de la madera recién lijada,
los bordes lizos del hierro forjado. 
También puedo ver una pupila dilatada}

 Hoy quisiera comenzarlo todo de nuevo.
Tener un pequeño nacimiento fortuito... 

Dice María Dolores Iñiguez - una artista española- que "el camino que se recorre para ser uno mismo está lleno de muertes simbólicas".

Ya lo creo. 
Parece que muero constantemente.
Y parece que en cada muerte y en cada nacimiento, hay un descubrimiento, algo que se asienta y algo que se va. 

{Anoche dormí profundamente.
No soñé nada, pero descanse montones}

 Igual no importa. 
Soy solo una gota que cae. 

miércoles, 25 de marzo de 2009

Mon Oliv


"Il se peut que mon sort change du tout au tout; mais ce n'est pas là
l'essentiel. L'essentiel, c'est le changement qui s'est déjà produit
dans ma vie. J'ai laissé là-bas bien des choses, trop de choses. Tout
a disparu. Quand j'étais en wagon je pensais: je vais maintenant
entrer dans la société des hommes. Je ne sais peut-être rien, mais une
vie nouvelle a commencé pour moi. Je me suis promis d'accomplir ma
tâche avec honnêteté et fermeté. Il se peut que j'aie des ennuis et
des difficultés dans mes rapports avec les hommes. En tout cas, j'ai
résolu d'être courtois et sincère avec tout le monde; personne ne m'en
demandera davantage. Peut-être qu'ici encore on me regardera comme un
enfant, tant pis! Tout le monde me considère aussi comme un idiot. Je
ne sais pourquoi. J'ai été si malade, il est vrai, que cela m'a donné
l'air d'un idiot.Mais suis-je un idiot à présent que je comprends
moi-même qu'on me tient pour un idiot? Quand j'entre quelque part, je
pense: oui, ils me prennent pour un idiot, mais je suis un homme sensé
et ces gens-là ne s'en doutent pas...Cette idée me revient souvent"

(El idiota, Fedor Dostoïevski)

martes, 24 de marzo de 2009

Habitando la Ciudad


Memorial a las Víctimas de la Represión Política: 
Parque de la Meditación de Chillán
Chile



Tomado de: www.plataformaarquitectura.cl 
Fotos de: Miguel Casassus R. 
Autores: Miguel Casassus R. y Rodrigo Aguilar

Entre más me sumerjo en cuestiones arquitectónicas, más caigo en cuenta de la importancia que tiene el habitar para nosotros, los seres humanos. 

Entre más camino por las calles destrozadas de Bogotá, entre más cemento recorro, entre más encuentros con las extraordinarias obras de recuperación de ciudad -que han sido emprendidas desde hace ya casi una década en distrito capital- tengo (pensemos en el eje ambiental, en el parque tercer milenio, en la biblioteca Virgilio Barco), más me percato de que en definitiva, los arquitectos son una de las piedras angulares de toda sociedad. 

Siempre que pienso en un espacio y/o en un lugar determinado, lo asocio con alguna experiencia de vida, con una forma específica de ver, sentir y comprender el mundo. Creo que toda nuestra existencia, desde que nos levantamos hasta que cerramos los ojos ya tarde en la noche, está siempre permeada, influida y hasta condicionada por los espacios que habitamos, por los lugares que recorremos; por las magnitudes, las luces y las sombras, las formas y los colores, las texturas y los olores de aquellos "contenedores" en los cuales transcurren nuestras horas, nuestro tiempo vital. Y creo que es justamente por ello, que le doy tanta importancia a los pequeños y a los grandes detalles de las casas, los edificios, la tiendas, los cafés, los supermercados, las calles, los sistemas de transporte, etc. Siempre estoy con los ojos bien abiertos, atenta, pendiente de las cosas que las ciudad y sus objetos -objetos como espacios- me pueden decir. 

Tristemente, he observado como lentamente, a pesar de los proyectos que han tratado de ser llevados a cabo por algunas de las administraciones distritales, Bogotá se convierte más y más en una gran caja de cemento compacto por fuera, y caótico por dentro. Las razones para esto son diversas, y no trataré de esbozarlas aquí. Tampoco se trata de buscar culpables; culpables somos todos, porque todos habitamos esta ciudad. Pero si algo es seguro, es que en gran medida, la responsabilidad de que la capital sea tan gris y cuadrada (digo lo cuadrado por las bellas cajas de fósforos de millones y millones de pesos que se hacen ahora en reemplazo de casas y de apartamentos un poco más humanos) es de nuestros arquitectos. Ellos, al igual que la mayoría de quiénes se vinculan a la actividad productiva, se han dejado llevar por la fiebre del capital, dejando de asumir su responsabilidad como constructores de humanidad. Los nuevos arquitectos no son más artesanos, se han convertido en productores masivos de ratoneras - y de ratoneras de baja calidad-. Sacrifican, en alianza con los ingenieros, la belleza, la comodidad y la calidad, por la ganancia. Todo es dinero. 

Decidí subir estas fotos del Parque de la Meditación de Chillán porque si bien en Chile las cosas no son mucho mejores que aquí, lo que he podido ver es que allá hay un interés más notorio sobre el tema del habitar. Este parque, construido en el año 2007, en un claro ejemplo del cómo un lugar puede hacernos morar en un espacio - tiempo  (la historia, la memoria), o si lo prefieren, simplemente, habitar en una ciudad. Es propiamente hablando, el lugar como testimonio: nos cuenta de un  pasado violento, nos interpela y nos habla sobre aquellos que fueron acallados por la represión política del Chile en dictadura. 

Es un espacio que realmente responde a una coyuntura social e histórica, que quizá se haya enraizado tan profundamente en el inconsciente de las personas, que ahora hace parte de su manera de abordar el mundo. En su respuesta a esa situación vivida y vívida, este espacio se alza como memoria y como llamado a la no repetición de este tipo de eventos en tiempos venideros. 

Cito dos aspectos destacados de este proyecto: 

1) La preservación de la memoria: "...el acto de evocar, necesario e ineludible para la construcción de una sociedad con un futuro común, se formaliza a partir de un talud con los nombres de los que ya no están presentes, como una manera de preservarlos en la memoria colectiva

 2)  De la forma de trazar huellas: "La constitución de un espacio de recogimiento horadado en la tierra, permite la reunión en torno a una serie de pilares de luz ordenados de forma aleatoria y que, reflejados sobre un plano de agua, traza simbólicamente los vestigios marcados sobre el suelo de los hechos sucedidos".

Ahora, es claro que la problemática de la falta de responsabilidad es algo que se extiende no solo a los arquitectos, sino también a todas las demás disciplinas humanas. 

miércoles, 18 de marzo de 2009

Descansa en paz, Meira: entre islas, sueños, amores y reencuntros

Debo reconocer que no soy una buena lectora de poesía Colombiana. En una época leía mucho a Jose Asunción Silva, a Julio Flores, a León de Greiff y a Porfirio Barba Jacob, a quienes decidí dejar quietos durante bastantes años; los suficientes para quitarme el delirio de poeta maldito y poder leer poesía sin tener que rasgarme las vestiduras después de eso. 

Pero hace poco, quizá desde hace ya un año, me reconcilié con la literatura, y hace un poco menos, quizá unos 8 meses, hice las paces con la poesía Colombiana. Curiosamente, en ese mismo periodo, tuve enormes discusiones con la filosofía... disputas que hoy en día aún persisten (ya mucho más tranquilas y pausadas, mediadas por la reflexión y la serenidad y no por la pasión y el hastió extremos) pero que ya son capaces de vivir junto al amor que día a día crece frente a la literatura. 

Pero ese no es el caso ahora. 

Lo que quería escribir esta relacionado con un regalo: Hace un par de semanas, encontré entre los libros polvorientos que habitan mi depósito, uno de antología poética colombiana, que algún sujeto enamorado le había regalado a mi mamá por allá en los 80s.  Y ahí, entre muchos autores, me tope con el nombre de Meira Delmar, a quien jamás habia escuchado (por ignorancia y no por falta de importacia). Comencé a leer poemas que venían de un libro y del otro, con la esperanza de poder llegar a cubrir gran parte de su obra. Sin embargo, debido a que mis otras pasiones me atraparon, dejé esta intención tirada en algún rincón de mi cuarto. Lastimosamente, hoy cuando leí El Tiempo, me enteré de que había fallecido en la madrugada. En honor a ella, y a su trayectoria como poeta, quiero publicar algunos de sus escritos. El primero se titula "Muerte mía", y lo pongo, a propósito de su muerte, y de la mía. El segundo es "Corazón", de su libro Verdad del Sueño. El último es sobre el amor, el lino, el viento, los jazmines... de mar, de rió, de sol, de la niña, de Barranquilla...

Muerte mía 
(Del libro Secreta isla) 

La muerte no es quedarme 
con las manos ancladas 
como barcos inútiles 
a mis propias orillas, 
ni tener en los ojos, 
tras la sombra del párpado 
el último paisaje 
hundiéndose en sí mismo. 

La muerte no es sentirme 
fija en la tierra oscura 
mientras mueve la noche 
su gajo de luceros, 
y mueve el mar profundo 
las naves y los peces, 
y el viento mueve estíos, 
otoños, primaveras. 

¡Otra cosa es la muerte! 

Decir tu nombre una 
y otra vez en la niebla 
sin que tornes el rostro 
a mi rostro, es la muerte. 
Y estar de ti lejana 
cuando dices "La tarde 
vuela sobre las rosas 
como un ala de oro". 

La muerte es ir borrando 
caminos de regreso 
y llegar con mis lágrimas 
a un país sin nosotros 
y es saber qué pregunta 
mi corazón en vano 
por tu melancolía 

Otra cosa es la muerte. 
Corazón
(Del libro Verdad del sueño)

Este es mi corazón. Mi enamorado
corazón, delirante todavía.
Un ángel en azul de poesía
le tiene para siempre traspasado.

En él, como en un río sosegado,
el cielo es de cristal y melodía.
Y a su dulce comarca llega el día
con un paso de niño iluminado.

Este es mi corazón. La primavera
que inaugura las rosas, vana fuera
sin su espejo de gozo repetido.

Y vano el tiempo del amor, que mueve
las alas de los sueños, y conmueve
la sangre con su canto sostenido


Romance de Barranquilla
(Del libro Sitio del amor) 

Porque nació frente al alba 
y en el sitio de la brisa, 
le dieron un nombre claro 
de flor o de lluvia fina. 
Un nombre para decirlo 
en medio de la sonrisa, 
enamorados los ojos 
y el corazón: ¡Barranquilla! 
Porque nació frente al alba 
¡y el alba es buena madrina! 

Con lino de sol y sombra 
tejieron años los días 
y una mañana sin nubes 
despertó moza la niña. 

Con los cabellos al viento, 
la dulce piel encendida, 
y el andar sin descanso 
tal aire de gallardía 
que el alma de las palmeras 
arrodillóse vencida... 
Porque nació frente al alba 
¡y el alba es buena madrina! 

Breves jazmines alados 
--casi de luz detenida-- 
crecen con gracia delgada 
cuando sus pasos atisban... 
La tarde cuida su gozo, 
la noche su sueño cuida, 
y ella se viste con seda 
de flores amanecidas 
sobre la cumbre del árbol 
tan solo para vestirla... 

Seda dorada del roble 
con hebras de melodía, 
seda de la acacia roja, 
seda de las campanillas 
que tienen fugaz el aire 
y como el aire palpitan... 
Rodea sus altas sienes 
un vuelo de golondrinas 
y abre jacintos de oro 
su diestra mano clarísima. 
Porque nació frente al alba 
¡Y el alba es buena madrina! 

El mar de gritos azules, 
el mar del habla encendida, 
le trae canciones remotas 
y barcas de otras orillas. 
El río, tenaz viajero, 
con largo asombro la mira, 
y le regala blancura 
de garzas estremecidas 
que suben a la comarca 
donde la estrella se inicia. 
Y el viento pirata, el viento 
de clara estirpe marina, 
le ciñe el talle redondo 
con brazos de lejanía, 
¡y se la lleva consigo 
donde la tierra limita 
con el batir de campanas 
de la triunfal alegría! 

Porque nació frente al alba, 
y porque el alba madrina, 
le dio aquel nombre que pide, 
para decirlo, sonrisa... 
El nombre que puede ser 
de flor o de lluvia fina, 
y que también lleva el Ángel 
de júbilo: ¡Barranquilla! 

.


domingo, 15 de marzo de 2009

martes, 3 de marzo de 2009

Godard es como un lirio: reseña de una flor.

Tengo en frente de mi un montón de lirios blancos y rosados que se apoderan del espacio en el que habitan. Los veo majestuosos, hermosos, únicos, profundos. Los miro y debo inclinar mi cabeza ante ellos. Siempre he pensando que una casa sin flores es como un jardín muerto; un espacio vacío, sin colores, inexpresivo, sin vísceras. Por eso en mi casa siempre hay flores: aquí podemos estar aveces medio muertos, medio vacíos... pero solo medio; nunca sin vísceras, nunca sin colores, nunca sin gestos en el rostro. 

Cuando amanece y saludo el naranja purpúreo de la mañana, cuando me siento a tomar mi café y a respirar un poco, los lirios me hablan, me susurran y aveces me suben el tono de su voz de forma imponente. Algunos le llaman a eso "animismo" y quizá sea así (de serlo, debo decir, todo sería culpa de Gloria y su terrible manía de ponerle nombres a las cosas y adjudicarles personalidades insulsas), igual no importa. El punto es que esta mañana, mientras pensaba en lo fuerte que me había quedado el café, voltee a mirar mis flores blancas y rosadas, y de repente, se me vino a la cabeza la imagen de Godard.  Claro, eso no gratuito; ayer vi un par de cortos de él que mi buen amigo Oliver (un francés muy Francés. De esos que se niega a escribir en inglés, que muere por el cine - bueno, es cineasta- y que come queso como si no hubiera mañana) me envió. Hace años había visto ya una de sus películas más famosas, de la cual solo me quedaron grabados los enormes ojos de la protagonista. Pero esta vez, con un poco más de conciencia y atención, pude sumergirme en sus imágenes y cuestionarme a partir de ellas. 

¿Por qué un lirio me dijo algo sobre Godard? Supongo que la razón es simple. Godard es como un lirio. Se alza con fuerza desde la tierra y deja atónitos a sus espectadores. Sus imágenes denuncian sutilmente, expresan con belleza y armonía la complejidad del entramado humano. Es inteligente y apasionado. Mordaz y sugerente. Ante todo, concreto, y  sin duda, muy agudo. 

Godard escribe con imágenes: muy conscientemente, junta el ensayo con la imagen en movimiento. Es una cualidad que muchos filósofos querríamos tener, pero que por injusticias del destino, no nos fue concedida. 

De sus películas, me interesa especialmente De Petit Soldat, en la cual logra plasmar de manera muy interesante una de las situaciones políticas más dramáticas del siglo XX: la tortura institucionalizada. Allí, en un estilo similar al de la novela policiaca, muestra Godard la situación de los presos políticos en Argelia en los años 60´s. El filme fue catalogado por la crítica como "confuso", a lo que el autor responde: "es confuso porque de hecho, era una situación confusa" (entrevista del Cahiers du Cinêma, No 138, 1962). Cierto. Aveces, hacer cine confuso no tiene nada de malo cuando detrás de él se esconde de por si una situación inexplicable e inentendible. 

Godard tiene fama de improvisar, de hacer cine espontáneo pero pensado. Puede que esa sea la razón por la que aquello que he visto de él me cautiva tanto, porque creo que en el fondo, el cine y el arte son como la vida, y la vida debe ser así: improvisada, arriesgada, espontánea pero pensada. 





Time… I mean time, time I mean.

                       Emptiness                           No time      Time

                          Silence                         Time.   No time. 




lunes, 16 de febrero de 2009

Notas personales

1. 

Hablábamos horas por teléfono. Pasábamos días enteros juntos… uno tras otro. Yo era inmadura –aún lo soy-, muy pequeña . 
Me enamoré. Él se enamoró. Al principio yo escuchaba Spinetta y el Metallica. Luego Fito para los dos, luego Gardel para las noches. Y el vino y el ron. Siempre vino rojo (aunque yo prefería el blanco) para los viernes y la chimenea. Ron para uno que otro día en el parque hablando. Yo le regalé mi corazón y mi vida. Le regalé mis horas, mis días, mis canciones, mis lágrimas.  Él me enseñó qué era una caricia, un buen beso y un abrazo. 

Ahí estaban Borges, Cortazar, Coleridge y Rilke. Para mi Rilke. 

Al final a Tarzán le dio amigdalitis y yo me tome Opio en las Nubes muy en serio.

2.

Un artista desquiciado pero locamente inteligente. Noches inacabables, absurdas, llenas de excesos. Con él aprendí a tomar vodka y a odiar a los maniquís. 

3.

Ella y él. Él fue primero. Llegó después de que había tomado tanta cachaza que no me di cuenta en qué momento ese acento brasilero se fue de Londres a Rió de Janeiro. Él y yo caminábamos horas hablando del Imperio Otomano y de la guerrilla colombiana. Cuando comíamos juntos siempre cuidábamos de que nada en nuestra comida tuviera cerdo o tocino. A mi me gustaba el cerdo por aquel entonces, pero con el aprendí a no comerlo. Un día le preparé un pasta horrible que se comió a regaña dientes pero que según él estaba buenísima. 

Entre nosotros no había casi música, pero si imágenes, muchas imágenes; fotografía, pintura, escultura. La biblia y el coran. Pasé el ayuno de Ramadán a su lado y aprendí a ponerme una burka (a pesar de no estar dispuesta a usarla). 
El día menos pensado en no toleró más que yo fuera yo. Se fue de mi y hace poco se casó con una suiza.

Ella era amiga de los dos. Es blanca… ella es muy blanca y vive a punta de arroz. Ella no conocía Bob Dylan y cuando lo escuchamos por primera vez en vivo quedó impactada: no entendía porque todos lo venerábamos si cantaba tan mal. Un día fuimos a otro concierto porque yo le quería mostrar Maroon 5. Ese día comenzó todo. Yo le mostré a Benjamin y ella me dibujaba la textura de las hojas y de la madera en un cuaderno. También me regalaba bonitas fotos que tomaba. Es la mejor fotógrafa que conozco. 

En medio de mi esquizofrenia todo acabó en Heathrow. Después de comernos un sadwiche y muchos chocolates, ella sacó de su maleta un regalo y me lo dio mientras la jefa de inmigración me empujaba al otro lado del vidrio. 

4. 

¿Un romance tormentoso en Paris?
La primera vez que nos vimos yo me quedé dormida en el cine viendo “Munich”. Además, llegaba siempre tarde a todas partes porque me perdía con frecuencia. Él me mostró el Sena y se aguantaba mis arremetidas de resentimiento latinoamericano contra el primer mundo. Una noche me llevó a una ambientación musical de una película de Chaplin en algún suburbio bohemio de la ciudad y otra, a eso de las 2:00 a.m, me montó en un carrito de mercado que encontramos tirado en la calle y me llevó ahí metida hasta mi casa. 

A pesar de todo la última noche que pasamos juntos compró vino y cocino espinacas con tomates secos. Ese día también me quede dormida. 

5. 

Con él cantábamos “fuma y has abdominales” (una célebre composición de su autoria). Me lo re- encontré en una feria del libro a la que fui con Gloria y otros personajes. Desde ese día y durante un par de meses nos vimos casi todos los días, escuchábamos Bowie y hablábamos hasta el amanecer de nuestros demonios, sentados en las casitas de madera en los parques . 

Con él no hubo alcohol. 

El día que me mostró unos pulmones que había hecho con colillas de cigarrillo me di cuenta de cuanto lo quería. 

Yo diría que todo terminó por una mutua incapacidad de expresar nuestros sentimientos. 

6. 

Hoy en día los dos somos filósofos disidentes. En esa época éramos filósofos apasionados. 
Ahí había de todo. De lo que más me acuerdo es de la ginebra y de los domingos en los que aún amanecidos, delirábamos imbuidos en el buen humor. 

Yo me hubiera podido enamorar de él. De hecho, creo que es una de las personas que más he querido en toda mi vida. Pero se fue, y cuando volvió, ya no era él… no, ya no era él, y nunca más lo sería de nuevo. 

Después de él y de lo que pasó, no he vuelto a querer a nadie. 

Lo único que puedo decir es que espero no volverlo a ver nunca más en mi vida. 

7. 

Él es mi intermitencia. Es uno de mis mejores amigos, pero yo sé que algún día nos vamos a casar. Yo lo adoro, y claro, adoro su música. El problema es que el tiempo y el espacio nunca nos han cuadrado. Igual no importa, no tenemos afán. 

8. 

Ya no espero nada. Solo respiro profundo cada mañana y sigo adelante. 

viernes, 13 de febrero de 2009

Una buena excusa para escribir un viernes por la noche: Persépolis.








El año pasado tuve la oportunidad de ver Persépolis. No recuerdo muy bien con quién la vi (perdón con el que esté siendo olvidado de manera tan vil) pero recuerdo muy bien lo maravillada que me sentí desde el principio hasta el final de la película. Escribo hoy sobre ella porque me tocó de muy distintas maneras, y bueno, porque es sin duda una creación formidable, en todos los sentidos. Lo primero que hay que decir es que la película fue hecha por MARJANE SATRAPI en el 2006 (aunque el libro de cómics salió en el 2003), una artista que se dedica a los cómics, y que de paso sea dicho, se niega a sostener que su película es una “novela gráfica”; ese nombre le parece más producto del snobismo del mercado cultural que una condensación adecuada de su trabajo. 

En fin, el caso es que como muchos saben, Marjane es de origen Iraní, y Persépolis es una historia personal, que narra desde un punto de vista muy especial muchas de las cosas que han sucedido en uno de los países que más se ha opuesto a los gringos. La narración comienza en 1974, y va de modo fascinante, desde la infancia hasta la adultez de Satrapi, no solo desde una perspectiva estética, sino también literaria, política y ética. Y bueno, como a mi me gustan todas esas cosas, explicaré un poco el valor que creo que esta obra tiene. Dice la autora (en el discurso que pronunció recibiendo uno de los premios otorgados a la película):

“I didn’t want to make any artistic work that
would only be conceivable by the elite. I wanted people to have access to it”.

Un buen comienzo. Ese es el argumento de Marjane para haber dibujado y no filmado. ¿Por qué bueno? Porque comenzó pensando en que en la cultura visual cinematográfica puede ser a veces muy reducida, en que a veces utilizar un dibujo en vez de una fotografía en movimiento puede abarcar un público más amplio - por ejemplo, los niños-, aunque puede que a veces sea al contrario (solemos pensar que los dibujos y los juegos son cosa de niños, pero no nos damos cuenta de lo fundamental que resultan para configurarnos a nosotros mismos y al contexto que nos rodea). 

Luego, en ese mismo discurso, la autora explica el porqué los personajes tienen esa bella mezcla de dulzura, dramatismo y humor:


“…We do not laugh for the same reasons. 
To me, laughter is the height of the understanding of the other. 
It’s touching the spirit of the other. It’s not like crying, which is an
Instinctive way of expressing oneself. 
Laughter is more complex… 
It’s more of an abstract notion, and to be able to laugh at people is not instinctive at all”

Me gusta eso que dice sobre el humor, sobre la risa. En gran medida es cierto. El humor hace parte de la idiosincrasia de un país, de una región, hace parte de la forma fundamental en la que cada quien concibe el mundo; lo que hace reír a unos puede ofender a otros. Creo que es más valioso – no siempre, pero en general creo que lo es- tener la capacidad reírse de uno mismo y de reconocer el sufrimiento y el fracaso como un nuevo comienzo de algo, en vez de sentarse a llorar y a autoflagelarse. Yo sé que todos los de mi generación tenemos un día que otro ese delirio de poetas malditos, pero en serio, dejémoslo congelado en la nevera, y saquémoslo sólo cuando amanezcamos con ganas de desayunar con el mal gusto en la mesa. De los lamentos llorones de nosotros, los niñitos medio acomodados de nuestra sociedad, no podrá construirse nada. Más bien actuemos, creemos y creamos. 

Pero bueno, no nos desviemos.

 También dice nuestra mujer iraní adicta al cigarrillo que su película tiene también un alto contenido crítico hacia la forma en la que su país ha sido mostrado ante el mundo (cuando leí esas palabras, pensé que se adaptaban perfectamente como crítica a nuestro país, a toda esa payasada de la seguridad democrática, a la triste aceptación del terror como una forma de vida): 

"We’re living in a world of fear. 
We’re in a war against something we don’t know. 
I mean, we call it terrorism. Where are the
Terrorists? Who are the terrorists? They make us believe
That democracy is a color, with which you paint the wall,
and suddenly you have a democracy.
American current policy exterminates all who are not part of the nice people. 
that is strangely similar to a fascist ideology, isn’t ?
Who cares if fifty or a hundred die, after all, they weren’t humans anymore. 
They don’t have parents, children, hopes, and the right
to love and to live. 
Unfortunately, we live in a world, in which we dehumanize other men, 
reducing them to a some abstract concept,
calling them terrorist, fanatics, Muslims, middle eastern-ers, whatever.
My work wants to give a human face 
to this other side of the world that has been seen in a wrong way for the East. I wanted to put faces to the conflict”. 

Por otra parte, quería mencionar otros caracteres de la película que me llaman mucho la atención. El primero de ellos es el hecho de que mas o menos cuando Marji tiene unos 10 años, habla muy frecuentemente con Dios, quien termina siendo un ser bastante parecido a Marx. Recordemos que la familia de la niña tiene una tendencia de izquierda que si bien no descarta la religión dentro de su ideología, si sienta una clara posición hacia el islamismo moderado. Por su forma de pensar, los padres y los tíos de niña terminan presos o asesinados por la dictadura fundamentalista. Cuando veo esta parte de la película, no puedo evitar recordar parte de lo que ha sido mi vida. Claro, yo no nací en un país musulmán, yo no he vivido en una dictadura declarada, yo no me visto obligada a exiliarme, ni mucho menos he terminado de indigente en alguna calle europea. Pero al ver al padre, a la madre o a la abuela de Marji, al ver el espíritu de lucha de su familia y los ideales que guiaban su actuar, no puedo evitar perderme en algunas imágenes de mi niñez, e incluso, de mi presente. No puedo evitar recordar la emoción que me producían las manifestaciones o las marchas del día del trabajo (emoción que se iba después de la primera hora de caminar y detenerme cada 5 minutos dentro del tumulto), no puedo evitar acordarme de cuando a eso de los 8 años soñaba con ser presidente y cambiar el mundo. Como Marji, yo me ponía pañuelos en la cabeza y tenia extraños juegos en los que podía hablar con Mao, Lenin y Marx ( por supuesto, en esa época no sabia lo lejanos que estaban unos de otros, mucho menos estaba enterada de la locura de Mao ni del infortunio de que la URSS cayera en manos de Stalin). Como Marji yo leía historietas, las de mi lado del mundo; leía Mafalda hasta el cansancio, y cuando mi mamá me regaló dos tomos de la sobras completas de Quino, me las leí de cabo a rabo en un santiamén. Creo entonces que parte de mi pensamiento político y ético también se configuró por medio del dibujo, del humor y del juego. 

Hasta ahora no he conocido niños que hayan visto la película (no es que conozca muchos, con excepción de mi hermoso primo de 9 meses y de un par de angelitos de 3 años a los que trato de enseñarles inglés). Sería una buena experiencia hablar con uno para saber que inquietudes le quedaron en la cabeza después de verla. 

Pero so pena de ponerme nostálgica y de seguirme extendiendo, quiero terminar este post con una cita más del discurso de Satrapi:

“I would like to end by saying that I’m not such
A hopeful person, but there is something that I very
Strongly believe in, and that’s education and culture.
It may be that they will not solve all the problems
of the World,
but culture and education give us
the possibility of being less stupid, and you may agree with me that in
Life, it is always better to be less stupid”

De nuevo estoy de acuerdo. Aunque yo si soy optimista, y mucho.

Nota: Los fragmentos del discurso fueron tomados de la revista de Literatura "Literal", volumen 13. Si la quieren ver completa, la dirección online es www.literalmagazine.com. También hay algunos artículos de estética y de literatura cheveres. 





miércoles, 11 de febrero de 2009

Life, Sex and Birth - Women, Flowers and City: Collection of Emotions





Barbican.

An art gallery and cultural center in London city.

2005.

Walking.

I was walking with her around the city. 
Nothing new. We used to do it without any purpose.

We were talking and laughing. 
Nothing new. We used to talk for hours and hours, and of course, we used to laugh for hours and hours.

We were not looking for something special, but as everything that is a gift in our life, we suddenly stop in front of Barbican, and there was a new exhibition we didn’t know about: “Self, Life and Death”. 

Interesting. “Lets go”, we said.

Hundreds of photos were placed in two different levels. The name of the artist:

Nobuyoshi Araki.

No idea.
Now we know. 
We don’t talk about him; we just look at his works. 

The images were totally different of what we were used to see in the exhibitions. We were totally overwhelming. Some were vulgar, some lascivious, some beautiful and soft, some others lurid, sentimental, sexual, erotic. However, I was shocked. I was totally shocked.

Araki´s works are pure movement, static movement. 

I had to stop in almost every photo. I had to take my time. 
Every image is more than that, is a moment, a piece of life and death.

What intimacy is?
What private and what public?
What’s sex, what’s love, what’s crude and what’s beauty?

Araki plays. 
Yes, he plays.
But in the game, trough the playing, he becomes – for me- in one of the most authentic photographers I have never known. 


In this opportunity I like to post only few images of flowers.
I love flowers.

I apologize for not showing more, but today I just want to feel the life, the death and the love in these amazing and extraordinary samples of nature.

I also apologize because of my English. I haven’t written in English for a while, but I did this especially for Jihyun.

From Colombia to Korea with love and memories.



     

jueves, 5 de febrero de 2009

Sobre el tiempo [About the time].


Hace unos días alguien muy especial me regaló un libro de poemas de Georg Trakl. 

Trakl se suicidó con una sobredosis de cocaína. Entendible... yo hubiera echo algo similar de haber participado en una guerra; no hubiese soportado aniquilar a otros seres humanos con mis propias manos. 

Traslado del libro al blog un poema que me gusta mucho. 

La vida y el tiempo siempre transucrren en una danza indescifrable; movimiento impenetrable, sentido, único para cada cuál. 

Porque soy monotemática, suelo ir de Heidegger a Rilke, de Rilke a Heidegger, de Heidegger  a Hölderlin, de Hölderlin a Rilke y vuelvo a empezar. Ahora estoy con Trakl. Tendré que cambiar la ronda. 

(Tampoco es que me la pase en esas. Sólo cuando vuelvo a ciertos hábitos mentales dejo que mis taras se apoderen de mi).

Porque soy monotemática suelo enredarme con el tiempo y con el ritmo. Tic tac... tac tac tac. Tic tac otra vez. Me atemoriza aveces no seguir el paso del roloj. 

Porque soy monotemática y monótona me despierto todos los días a la misma hora. Trato también de acostarme a la misma hora, pero eso, poco funciona. 

Trakl me cantó ayer, muy de cerca, la "Canción de la horas".
Gracias a este alguien que permitió que él - él Trakl, no él alguien- se sentara en mi sala (Lamento la traducción, aveces no es la mejor):

Con foscos ojos se miran los amantes,
rubios, radiantes.
En tinieblas estáticas, los brazos melancólicos febriles 
se enlazan.

Purpúrea se quebró la boca 
de los bienaventurados. Ojos redondos reflejan 
el oro oscuro 
de la tarde de primavera,
linde y umbría del bosque, terrores del anochecer en el
verdor;
Quizá de un indecible vuelo de aves,
el sendero del nonato
pasa junto a sombrías aldeas
en dirección a solitarios veranos 
de un azul decaído
Surge un ser venido de otro tiempo.

Susurra en el campo
el amarillo grano. 
Dura es la vida y el campesino blande 
con gesto acerado, su guadaña
Ajusta el carpintero enormes vigas. 

Purpúreo se colorea el follaje otoñal
y un aire monacal recorre días serenos,
madura está la uva y festivo el ambiente
en espaciosos patios. 

Más dulce es el amor de amarillentos frutos 
de rosas silenciosas se llena el aire, 
Música y baile en sótanos sombríos;
en jardines que van oscureciendo
los pasos y el silencio del muchacho muerto. 

[Few days ago a very good friend of mine gave me a beautiful book; a poetry book. 
Trakl. Georg Trakl.
Heidegger. Rilke. Hölderlin. Trakl.
I am now with Trakl.
(Invisible tree: I am sorry, but I have no version of the next poem in English. You can try to find it on the web. For the moment, I wrote the poem in Spanish. There is the original in German, but I am afraid it wont be useful. About Sobek, you are right. We can talk about it. You have made a very good point)]

lunes, 2 de febrero de 2009

Nueva Arquitectura [New Architecture]: Werner Sobek



Werner Sobek es un arquitecto alemán. Tiene oficinas alrededor del mundo, específicamente en Europa, Asia y algunos países de África. En su trayectoria, a pasado por distintos estilos de diseño, pero recientemente trabaja en el desarrollo de "habitats autosostenibles".  La foto número trés es un ejemplo de ello. Es una casa que se auto- abastece con energía solar, y que adicionalmente rota durante el día para generar almacenamientos extra de energía. Otro aspecto que caracteriza el trabajo de Sobek son sus diseños simples, modulares y muy contemporáneos. Éste arquitecto, es quizá uno de los pocos realmente comprometidos con la economía ambiental dentro del diseño y la construcción de viviendas, puentes, oficinas y lugares públicos. A diferencia de lo que muchos otros hacen, la compañía de Sobek invierte bastante tiempo y dinero en la investigación y planificación de sus creaciones. Estudian tanto el medio - ambiente en el que construirán, así como los materiales más adecuados para éste.  El único problema, es que a pesar de que parece ser que a largo plazo se recupera la inversión, este tipo de arquitectura requiere de mucho dinero; dinero que solo Audi (en el caso de la tercera foto) o grandes magnates europeos o asiáticos pueden pagar. Las propuestas de verdadera arquitectura sostenible en Latinoamerica son mucho más escasas, y por supuesto, mucho menos asequibles. 

Hace falta explorar el trabajo de países como Brasil, que frente al tema ambiental le lleva bastantes años a países como Colombia, Ecuador o Perú, donde los ministerios de medio ambiente (en Colombia incluye el sector "vivienda") se focalizan más en tema de la "vivienda de inversión social" (que más que lugares para "habitar" parecen gallineros)  y en la farsa de los "eco-parques" y el "eco- turismo" (recordemos que el turista es el principal destructor de los lugares que visita), que en el tema de desarrollo de nuevas tecnologías que sirvan para detener el detrimento de la situación ambiental en nuestros países, y para mejorar y aprovechar toda la riqueza que tenemos.  

Si quieren ver más cosas de él y su equipo, aquí está su página: www.wernersobek.com 

(For Invisible tree: Werner Sobek is a German Architect.
If you like to see more of his works, click here: www.wernersobek.com)

lunes, 26 de enero de 2009

Una propuesta diferente.




Por: Ethel Baraona Phol. En: www.plataformaarquitectura.cl
Diseñador: Andreas Strauss.
    Habitaciones en tubos de hormingón.

Estos días he vuelto a mirar los sitios web  y  las revistas que publican constantemente artículos y fotos de nuevas tendencias en arquitectura. Encontré este proyecto en la página que cité arriba, y eso me remitió inmediatamente a mis viejos pensamientos acerca del "habitar humano". ¿Cómo habitamos? ¿Cómo podremos y queremos habitar en algunos años? ¿Cómo se modifican nuestras "formas de habitar" en  consonancia con los cambios culturales, económicos y sociales? Dejo claro de antemano que no trataré de responder estas preguntas ahora. Ello sería más que un despropósito. Tampoco empezaré con una diatriba filosófica Heideggeriana sobre ese mismo - mismo y muy distinto- "habitar humano". Lo que quiero es más bien mostrar un poco de las "nuevas ideas" que están surgiendo en torno a este tema. 

La foto que ven arriba es de un hotel en Europa en el cual se paga tan solo "what you wish". Es como una versión 100 % mejorada de una de las más comunes viviendas de los indigentes alrededor del mundo. Éste tubo, ha diferencia de los muchos que vemos botados en los humedales y laderas del río Bogotá y Juan amarillo - por poner dos ejemplos locales- no contiene residuos tóxicos y mucho menos se encuentra localizado en un lugar mal oliente y peligroso. A pesar de que quien desea dormir allí puede hacerlo y pagar el dinero que le convenga más a su bolsillo, ésta propuesta trata de salvar algunos de los tubos sobrantes de las fábricas de hormigón,  re- utilizándolos en el diseño de "habitaciones" que aíslan el frío, el calor, el ruido y la luz.  Están dotadas con unas lámparas y una o dos camas. También tienen una simple decoración y alrededor de ellas se pueden hallar baños y duchas. Por lo que veo en la foto, la cosa no se ve tan mal, pero tocaría pasar una noche ahí metido para ver si no dan ataques de claustrofobia o de asfixia ocasionales. A mi juicio, es un proyecto original que valdría la pena explorar más cuidadosamente. 

miércoles, 21 de enero de 2009

Colombia: La calma de la muerte

Foto de Johana Toro. Revista Número. "El camino del chonta".

En el 2008, tuvo lugar la convención de la ONU sobre los pueblos indígenas. Colombia, encabezada por el presidente Uribe, se negó a firmar los acuerdos del encuentro, argumentando que al hacerlo podría desestabilizar la economía, ya que la inversión extranjera disminuiría al “complicar” el manejo de la explotación de los recursos naturales. Esta determinación trajo como una de sus consecuencias el que los acuerdos establecidos con las comunidades indígenas del Cauca entre 1998 y 2005 no fueran cumplidos. 

En reclamo de los derechos adquiridos a través de la lucha pacífica, en el segundo semestre de 2008 indígenas de la etnia Nasa y otras etnias del Norte del Cauca protestaron en sus regiones, y luego decidieron movilizarse hacia Bogotá con el objetivo de reunirse con Uribe y discutir una agenda específica que pretendía comprometer al gobierno con puntos de fundamental importancia para la jurisdicción indígena, tales como la posesión de tierras y el manejo de los recursos hídricos. Sin embargo, en la gran caminata que encabezaron miles de indígenas a lo largo de la ruta que cubre los departamentos de Cauca, Valle, Tolima y Cundinamarca, comenzó uno de los episodios más tristes y oscuros que han ocurrido en el país: Las fuerzas del Estado, atacaron a los indígenas, les dispararon, y asesinaron a unos cuantos. El episodio, intentó ser invisibilizado con mentiras y falsas versiones por parte de Estado acerca de lo que realmente había ocurrido, y finalmente, me atrevería a decir que tal invisibilización se hizo realidad, como ocurre siempre en un país en el que el silencio y la mentira son siempre el modo primigenio de actuar. Lo mismo pasó días después de que los indígenas se retiraron de la capital sin lograr mayores avances en su agenda (a pesar de que la minga fue impresionante); el esposo de la consejera mayor del Cric fue asesinado por miembros del Ejército Nacional. 

El testimonio de algunos de los periodistas internacionales cuenta cómo, tanto en estos dos casos como en algunos otros, su llegada al lugar de los hechos siempre se daba cuando la calma de la muerte había cubierto el ambiente. Periodistas chilenos hablaban acerca de cómo, después de masacres y torturas, los espacios siempre quedaban en un silencio sobrecogedor. Esa es la calma y silencio de la muerte, calma y silencio que un principio son expresión del estado paralizante en el que la violencia y la aniquilación de la vida dejan a los seres humanos, pero que luego, se trasforma en el miedo y el terror silenciosos que terminan siendo los cómplices de la propagación de las atrocidades. 

De los juicios de los militares – y paramilitares- que atentaron contra la vida y la dignidad muchos indígenas, y que asesinaron a otros, y de la solución del gobierno a las solicitudes de éstos pueblos, no he vuelto a saber mucho. Por un artículo que escribió Alfredo Molano en El Espectador, sé que Google tiene ahora un nuevo servicio que se ofrece así: “reciba las últimas noticias acerca de muertes indígenas en Colombia con las Alertas de Google”. Casi parece un chiste. 

Pienso ahora en el reciente asesinato – ya estoy gastando mucho esta palabra- de los cuatro indígenas Kankuamos en la Sierra Nevada de Santa Marta el 31 de diciembre del año pasado, lo que me remite a la cifra de 264 indígenas de la misma etnia que han sido asesinados y desaparecidos en las últimas décadas en el país. 

También pienso en el caso de los millones de desplazados que ha generado la “onda bio” en Colombia. La producción de los biocombustibles, como es sabido ya por todos, necesita de enormes cantidades de tierra para cultivar la palma. En el amazonas y en algunas partes del pacífico, quiénes no quieren cultivar la palma, son sacados de sus tierras, o en su defecto, asesinados. 

Pero tampoco me olvido de casos más cercanos. No me olvido de que mi padre es dirigente sindical, y de que su vida corrió peligro durante el paro judicial que tuvo lugar el año pasado. No me olvido de los cuatro tiros que fueron disparados deliberadamente en la sala de su casa en Tenjo, no me olvido del descaro del General Palomino asegurando que el tipo capturado por la Policía por ser el supuesto responsable del acto, disparó hacia la casa tratando de evitar un robo a su “vecino”. Resulta que padre ni conoce al fulano ni iba a ser robado por nadie, porque era él quién estaba en la casa, él y su esposa, nadie más. Afortunadamente, el atentado no pasó a mayores, afortunadamente todavía puedo sentarme a almorzar con mi Papá y a reírme como loca de todas sus ocurrencias. Tristemente, como en los casos anteriores, los verdaderos responsables del acto siguen en la oscuridad, quizá atentando contra la vida de otros. 

Entonces me pregunto, ¿cómo es posible vivir en un país bañado de sangre? ¿cómo podemos vendarnos los ojos y seguir fingiendo que un régimen de terror como el de Uribe funciona? ¿Por qué seguir viviendo en esta falsa calma de la muerte, en este silencio desgarrador? ¿Por qué seguir estando sordos frente a quiénes se atreven a hablar, y más aún, a actuar?
Hay que denunciar, hay que hablar y hay que actuar. Al menos yo, no quiero seguir siendo de los pusilánimes que nada hacen y que de todo se quejan. La información es poder, eso no lo dicen en nuestras facultades, pero nunca lo ponemos en práctica. Una democracia asesina debe ser combatida por todos los medios. Yo no creo en la violencia, pero creo en el poder de la palabras y de los actos conscientes, informados y honestos.

jueves, 15 de enero de 2009

Nostalghia



La semana pasada, mientras caminaba por la séptima con una gran sonrisa en la cara (quién no estaría feliz de haberle girado el último cheque de su vida a la Universidad de los Andes), decidí entrar al mercado de contrabando - donde se consiguen zapatos, relojes, medias, cds, esferos, etc- que Gloria me mostró hace ya casi un año. Ahí, en el segundo piso, venden muy buenas películas (de esas que nadie consigue) a muy buen precio. Al principio, como suele pasarme, me negué rotundamente a favorecer la piratería (soy una legalista enferma y desagradable) y miraba con ojos juzgones la actitud de mi amiga, quien se ufanaba de comprar y comprar cine de excelente calidad a tan bajo costo. Mientras ella hacía de las suyas, yo pensaba prepotentemente: "las compraré por Amazon". No obstante, después de darme cuenta de lo verdaderamente ridículo que era mi proceder (o tal vez después de ver lo fácil que mi ética se desvanece frente a maravillas como esta), fue poco el tiempo que me tomó el seguir los pasos de la pequeña little black dress. Entonces, agachando la cabeza, les cuento que en ese lugarsito encontré una bella película llamada "Nostalghia", del director Andrej Tarkovsky. 

Para ser honesta, debo empezar reconociendo que lo único que sabia de Tarkovsky era que había sido uno de los grandes directores de la Unión Soviética, y que había competido en varios premios junto a Godard, Kubrick, Rossie y Pasolini. De ahí en adelante, mi ignorancia era (y es) absoluta. Hasta hoy vi ésta película, que me ha fascinado por completo, y que me ha impulsado a tratar de conseguir más. 

Para filmar Nostalghia, Tarkovsky viajó a Italia y allí se sumergió en el intento de representar la nostalgia como un sentimiento paralizante. No pretendo ahora decir nada inteligente (nada me disgusta más por estos días que los críticos de arte, los críticos de cine, los críticos de cocina, y en general, todos los críticos), solo plasmaré mi opinión de todo el asunto. Para mi, independientemente del tema (que en este tipo de directores puede ser cualquiera, porque lo que realmente importa es la forma en la que narran) del que trata la película, lo más impactante es la imagen misma. Desde el principio hasta el fin, cada imagen esta tejida con filigrana. Cada imagen se fija en la mente, casi como si en vez de un rodaje continuo uno estuviese viendo imágenes individuales en un proyector de diapositivas. El manejo del color dentro del no color (ya parezco el crítico de arte de "conversaciones con mi jardinero"), la sutilidad de la palabra, los tiempos pausados, lo poético y lo ambiguo de la representación misma, y muchas, muchas otras cosas más, hicieron que hoy descubriera una película antes que a un director. Mañana trataré de encontrar al director, de hablar con él, de preguntarle el por qué después de "nostalghia" sigue el "sacrificio"... mañana entonces espero conversar frente a frente con Tarkovsky, y él me dirá qué es lo que tiene de Dostoivsky, de Pushkin, de Chejov,de ruso que sabe narrar para siempre.   

lunes, 12 de enero de 2009

sábado, 10 de enero de 2009

Primera Parada



Todo aquel que me conoce sabe que sufro de adicciones diversas. Para no entrar en detalles sobre todas ellas, tan solo me referiré a una de mis favoritas: mi adicción por el chontaduro. Cuando era pequeña, recuerdo muy bien que su aspecto y su olor me parecían desagradables, en especial porque cierto sector racista de conocidos solía decir que olía a negro -cosa que era considerada digna de repulsión por aquellos personajes-. Al no tener consciencia alguna, y mucho menos capacidad de realizar mis propios juicios, me rehusé durante años a consumir tal manjar, haciéndole incluso mala cara a mi familia, de quien al final, heredé la adicción. No obstante, al ir creciendo, mi curiosidad por la fruta naranja fue aumentando día a día, sobre todo cuando observaba cierta compulsión nerviosa que mi madre, tía y abuelas mostraban al ver un carrito cargado de chontaduros en la calle. Unas lo pedían con sal, otras lo pedían con miel, pero todas salían con su bolsita de papel periódico cargada de unos seis frutos y una gran sonrisa. Aquello parecía ser el paraíso. Entonces, un día, cuando aún estaba en primer o segundo semestre, vi un camión verde y viejo repleto de borojó y chontaduro. Tomé aire y me dirigí hacia él, decidida a que ésta vez, descubriría el por qué a pesar del mal aspecto y olor del alimento, tantas personas de mi misma sangre morían por él. El tipo que me vendió el paquetico - que en esa época costaba unos 1000 pesos- me armó la conversa, y me sugirió probarlo con sal, ya que según el, así era más alimenticio. Procedí a ingerir el primer bocado, lo que me llevo subsecuentemente a saber lo que era la felicidad. Desde ese entonces me declaro adicta, una leal y real adicta. 

Pero la historia no termina ahí. Creo que a muy pocas personas les interesa en verdad el saber la razón que llevó a alguien a no poder vivir sin el chontaduro. Hace poco -quizá en septiembre del año pasado-, curioseando en una biblioteca, encontré un documental que se llama "la ruta del chontaduro", que muestra cómo es el cultivo, el transporte, la venta y la comercialización del producto. Más allá de lo bueno - o lo malo- del documental, lo que me impacto fue todo lo que se teje alrededor de esta fruta. Para su cultivo, se necesita mantener un equilibrio perfecto en el ecosistema del pacífico, aparte de que su siembra sería imposible sin un sistema de trabajo cooperativo. El chontaduro, es además, alimento sustancial para las familias del trópico que viven de él. Sin éste, cientos de personas de poblaciones marginadas y olvidadas del país como Tambo Cauca no tendrían sostenimiento alguno. 

Mi primera parada de escritura trata pues de explicar en nombre de este sitio. "Por el chontaduro" es un nombre que no he escogido aleatoriamente; por el contrario, es un nombre que pretende seguir esa "ruta del chontaduro" que al final es Colombia, y que al final, soy yo.